jueves, 5 de diciembre de 2013

LA ASOCIACION ALBIRKA SE PASEA POR LA HISTORIA: TOROS DE GUISANDO Y LOS PUENTES DE VALSORDO A TRAVÉS DE LA CAÑADA REAL


 

Pelayos de la Presa, 24 de Noviembre de 2013. La Asociación Cultural Albirka realizó el mes de Noviembre una nueva actividad a través  de un paseo histórico por los Toros de Guisando y los puentes medievales de Valsordo (El Tiemblo). Ambos enclaves históricos y artísticos están unidos a través de la cañada leonesa que atraviesa buena parte de la península y que en la zona centro discurre entre los límites de Avila y la provincia madrileña. Una veintena de socios y amigos participaron en esta actividad en un día luminoso de otoño  en el que ya se podían atisbar las primeras nevadas en las sierras de Gredos y La Paramera.

El cerro de Guisando, una bella atalaya abulense limítrofe con Madrid, fue en época medieval y posteriormente en la España de Felipe II, un enclave de importancia histórica. Las ruinas del convento de los Jerónimos son testigos de su esplendor medieval. Aquí está documentado que Felipe II pernoctó en dos ocasiones siendo la Orden de los Jerónimos muy influyente tanto para los reyes Trastamaras como para los primeros Austrias durante el siglo XVI. Desde las ruinas del monasterio se divisan los Toros de Guisando, cuatro verracos de piedra, construidos por el pueblo celta de los vettones y que habitaban esta zona de centro-oeste de la península en los siglos IV-I antes de Cristo.

Durante más de veinte siglos de existencia, las interpretaciones sobre el significado de estos verracos, e incluso sobre si éstos eran toros, cerdos o jabalíes, han sido una constante. Las interpretaciones históricas más recientes parecen inclinarse a que estos verracos, construidos por los vettones,  antes probablemente de la romanización de la península, eran animales domésticos que servían para realizar sacrificios (libaciones). En los dos primeros verracos (situados más al norte) se pueden observar unos hoyuelos en la espina dorsal en donde precisamente se harían las libaciones o sacrificios (de animales).

Una interpretación histórica más moderna parece inclinarse porque estos verracos, colocados en 1921 en su actual ubicación pero que podrían haber estado desperdigados en la zona aunque no muy alejado de su actual emplazamiento, servían de hitos para marcar el terreno. Los vettones eran una tribu ganadera y la zona es aún, veinte siglos después,  terreno rico en pastos. En los verracos tercero y cuarto (los más cercanos al sur) se perciben en sus patas traseras en relieve unas correas lo que mostraría  que se trata de una representación de animales domesticados.

Incógnitas y preguntas. El lugar, la ubicación de los verracos, su significado real, abonan la idea de que nos encontramos en un enclave especial; algunos dirán que incluso mágico y otros, simplemente, un lugar estratégico, un punto de encuentro o desunión.

Eso precisamente es lo que ocurrió quince siglos después de la realización de los verracos. Aquí, en la segunda parte del siglo XV, se firmaron los denominados Pactos de Guisando entre el rey Enrique IV y su hermana y aún princesa Isabel. “Aquí se firma el compromiso entre ambas partes. La futura Isabel La Católica se compromete a apoyar al rey, su hermano, y éste reconoce a Isabel como su legítima sucesora al trono”, afirma el historiador Hugo García Garcíamartín, socio de Albirka. De esta manera, se deslegitima a Juana, la hija de Enrique IV, como sucesora al trono. La historia denominará a Juana como la Beltraneja (por considerarla hija de Beltrán de la Cueva, no del rey). Lo que ocurrió posteriormente puede seguirse perfectamente en la serie televisiva que actualmente RTVE emite con gran éxito y que ha “permitido que figuras históricas de la envergadura de Ios Reyes Católicos sean conocidas por una amplia mayoría”, destacó Encar Jurado durante la visita.

La ruta histórica realizada por Albirka concluyó en los Puentes de Valsordo, kilómetros arriba, también en la cañada leonesa en dirección a Cebreros. “Aquí los ganaderos debían pagar por pasar sus reses a través del río Alberche”, señaló Hugo García Garciamartín. El portazgo era lo que actualmente denominaríamos peaje de las autopistas.  

Los dos puentes pertenecen al término municipal de El Tiemblo. De forma ojival, en buen estado de conservación, cuentan con una estructura medieval pero no se descarta que al menos el principal (con tres ojos) tenga un origen romano como otros de la zona del Alberche. Por estos puentes pasó la futura reina Isabel y su séquito, desde Cebreros, para firmar los pactos de Guisando, anteriormente aludidos.

 

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