San Martín
de Valdeiglesias, 7 de junio de 2014. El
valor paisajístico de la Sierra Oeste de Madrid fue analizado por dos
prestigiosos geógrafos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) durante la
conferencia organizada por la Asociación Cultural Alberche-Albirka, en San
Martín de Valdeiglesias. Rafael Mata y Pilar Lacasta, autores de diferentes
estudios sobre el paisaje analizaron la importancia que tiene su protección y
conservación en una zona como la Sierra Oeste, en donde existe una fuerte
presión urbanística. La conferencia fue introducida por Enrique Jurado e Ismael
Hernández, presidente y tesorero, respectivamente, de la asociación cultural Albirka que cumple
este año diez años desde su fundación.
La ZEPA del Alberche y Cofío, un área de especial
protección, fue señalada por estos expertos como una zona de gran interés, en
donde hay cuatro especies protegidas: buitre negro, cigüeña negra, aguila
imperial ibérica y, probablemente, lince. “Aquí hay una joya que hay que
preservar y defender”, señaló Pilar Lacasta, autora, entre otros libros, del
estudio “El Sudoeste de Madrid”. En este sentido, la profesora Lacasta destacó
que pese a las dudas sobre la existencia por parte de algunos de la existencia del
lince en esta área, “el que se proteja el lince”, afirmó, “está garantizando
que haya un paisaje hermoso aunque no veas nunca al lince”. Para Rafael Mata,
catedrático de Geografía, en la Sierra Oeste “nunca ha habido un proyecto a
largo plazo para ordenar el territorio”.
Este profesor, autor del libro “Paisajes de Madrid”,
matizó, sin embargo, que la defensa de una planificación armoniosa del
territorio como “valor patrimonial” no significa “congelar el paisaje”. Ese
equilibrio, tan poco frecuente en nuestra región, es lo que reivindicó Mata.
“La belleza del paisaje es entenderlo”, señaló el profesor Mata.
Pilar Lacasta también destacó la falta de cultura
paisajística y de defensa de lo común: “El individualismo nos ha comido”, afimó
gráficamente. En este sentido, la profesora Lacasta señaló, como ejemplo, objeto
de investigación universitaria, la denominada
Dehesa de la Mata (San Martín de Valdeiglesias) que al paso de los siglos se ha
transformado de pastoril a agrícola; y de público a privado, tras la
Desamortización (1835).
Algunos hítos también fueron destacados por esta profesora
que ha estudiado sobre el terreno los límites del Oeste madrileño: las
repoblaciones masivas de pino (1906 y 1907); el daño irreversible producido
sobre los viñeros por la filoxera en 1914 (posteriormente, en 1950 se introduce
la uva garnacha) y la importancia de la fosa del Tietar, valle “por donde
entran los vientos húmedos” que dulcifican el clima del Alberche y permiten
otras especies arbóreas no mesetarias. Todas estas circunstancias conforman el
teritorio, lo transforman, lo deterioran o lo mejoran. “El paisaje es emoción.
Es un lenguaje que hay que saber descifrar”, advirtió finalmente Pilar Lacasta.
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